Las
aeronaves permiten batallar
en
tierra aire, y el incógnito mar.
La
doctrina y el arte de la guerra
tras
el tiempo, tuvieron que cambiar.
Equipadas
con most y con misiles
se
hicieron máquinas casi invencibles,
cabalgadas
por místicos jinetes
desafían
la ley de gravedad.
Pertenecer
a esta noble arma
y
defender el altivo tricolor
constituye
la prenda más querida,
el
más grande premio del Creador.
Sus
valientes pilotos conjugan
humildad,
sobriedad y firmeza,
cumplen
las misiones aéreas
con
prontitud decisión y entereza.
Comulgan
en su alma y corazón
una
abnegada y profunda vocación
de
servir a su pueblo y a su Patria
y defender con sangre su Nación.
y defender con sangre su Nación.
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