Ya se inquietan los raudos corceles,
que presienten la lucha vivaz,
y relinchan audaces y fieles,
en los tiempos de guerra y de paz.
Ellos saben de luchas y glorias,
y conocen la voz del clarín,
que galopan mirando al confín,
cuando gritan los bravos centauros,
¡y que viva mi Patria el Ecuador!
Juventud, arrogancia y denuedo,
son la regia postura militar,
y el valor del jinete sin miedo,
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