Una noche de guardia me encontraba
y vi del cielo que una nube se bajaba
y sobre ella se hallaba posada
una mujer con el cabello muy dorado
se acercó y con dulce voz me dijo
que haces ahí en la noche solitario
hasta te vez un tanto cansado,
ven te invito a mi lecho encantado,
me acerque y con fuerte voz le dije
mujer hermosa te vez irresistible,
y sino fuera un soldado bien parado,
me iría contigo encantado de la vida,
asi que sigue mujer tu camino,
que yo me quedo de coraje envuido,
con mi casco mi fusil y una granada,
en el alma impregnada.
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